La leche de vaca, que es la más consumida, diseñada para satisfacer las necesidades nutricionales de los terneros, contiene tres veces más proteínas y un 50 por ciento más de grasa que la leche humana.
Por ello, algunos especialistas argumentan que no es un alimento esencial para los humanos, especialmente en la edad adulta.
Entre los cambios más significativos al eliminar los lácteos se encuentra la reducción en la ingesta de calcio, un mineral crucial para la salud ósea.
Según lo detallado, es fundamental buscar fuentes alternativas de calcio, como vegetales de hojas verdes, almendras, sardinas y alimentos fortificados, para evitar problemas óseos a largo plazo.
Además, la leche es una fuente importante de vitamina D, que facilita la absorción del calcio.
Si se elimina este alimento de la dieta, es necesario compensar esta pérdida mediante la exposición al sol o suplementos dietéticos.
Otro nutriente esencial que se encuentra en los lácteos es la vitamina B12, cuya carencia puede provocar anemia y problemas neurológicos.
Para quienes optan por una dieta sin lácteos, es crucial obtener esta vitamina de otras fuentes, como alimentos fortificados o suplementos.
La leche aporta proteínas de alta calidad, lípidos y carbohidratos como la lactosa, que influyen en la microbiota intestinal y en funciones clave del organismo, como la coagulación de la sangre y el metabolismo energético.
Por estas razones, el consumo de lácteos ha sido considerado fundamental en todas las etapas de la vida.
Aunque los lácteos son una fuente reconocida de calcio, algunos estudios sugieren que su consumo no necesariamente fortalece los huesos ni reduce el riesgo de osteoporosis.
Según lo informado, lo que realmente da resistencia a los huesos es su estructura de colágeno, más que el calcio en sí.
Además, existe la sospecha de que los productos lácteos podrían acidificar el organismo y provocar inflamaciones que aumenten el riesgo de enfermedades como el cáncer de próstata, las cardiopatías y la osteoporosis.
Por otro lado, el calcio presente en los lácteos se absorbe mejor cuando se combina con lactosa, vitamina D y una adecuada proporción de calcio y fósforo, lo que dificulta satisfacer estas necesidades al eliminar los lácteos de la dieta.