Los chipirones encebollados son uno de esos platos que me transportan a la infancia, pues en casa se han comido siempre y a menudo.
Creo que no había semana sin que cayeran en las comidas de diario, por eso me encanta hacerlos, aunque no sea tan repetitivo en mi caso.
Pero ya sabéis lo que es esto de tener un blog de recetas, que pocas veces repetimos platos porque hay que aportar variedad al repertorio ya existente.
Sí vosotros no habéis comido nunca chipirones encebollados, no puedo más que deciros que ya estáis tardando.
Es un plato rico, económico, fácil de preparar y muy nutritivo.
Lo más rollo de todo el proceso es la limpieza de los chipirones, pero sí contamos con un pescadero amable seguro que conseguimos que nos deje a estos animalitos requetelimpios.
Y si no es el caso, tampoco pasa nada.
En las explicaciones sobre cómo preparar esta receta os explico cómo limpiarlos.
Es cosa de coser y cantar.
Por supuesto, esta es una de las muchas maneras que existen de cocinar los chipirones.
Ni de lejos tan popular como los chipirones en su tinta que tanto gustan a lo largo y ancho del país, pero no son menos ricos.
Es una receta tradicional de nuestra gastronomía en la que el chipirón brilla con luz propia y la cebolla no hace sino reforzar y matizar su sabor.
Con una guarnición de arroz blanco tenemos un plato único de matrícula de honor, aunque si preferís algo más ligero siempre podéis optar por unas verduras a la plancha o una ensalada.
El caso es que no dejéis de probar los chipirones encebollados.
Están de rechupete, así que preparaos para gozar.