La respuesta es: La Ribera del Duero resulta, en muchos casos, sinónimo de excelente vino, aunque es mucho más que eso. Las hileras de kilométricos viñedos perfilan un paisaje cuajado de un ingente patrimonio monumental, que recuerda que ya los primeros pobladores supieron ver y disfrutar de una tierra generosa y rica. Iniciamos la ruta en Aranda de Duero, esta localidad ribereña acumula un interesante patrimonio resultado de un denso pasado histórico. La Iglesia gótica de Santa María, la Iglesia de San Juan, el Palacio de los Berdugo y el Santuario de la Virgen de las Viñas son paradas obligadas en un recorrido donde no puede faltar una visita a la red de Bodegas Subterráneas y al CIAVIN, Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino. Siguiendo la ruta por la N-122 llegamos a La Vid, población que acoge el monumental Monasterio de Santa María, del siglo XII, a orillas del río Duero. Nuestro siguiente destino es Peñaranda de Duero, villa para caminar que guarda rincones únicos como la Plaza Mayor, la Excolegiata de Santa Ana y el Palacio de los Avellaneda, también podemos subir a su castillo, las vistas que ofrece de Peñaranda son magníficas, además en su interior alberga el Centro de Interpretación de los Castillos. Dispone de cinco salas que nos acercarán a lo que se conoció como 'La Línea defensiva del Duero'. A través de la CL-111 nuestra ruta llega a Coruña del Conde. Cuna del pionero de la aviación Diego Marín, resulta interesante la Ermita románica del Santo Cristo y su Castillo. Continuamos hasta Peñalba de Castro, donde se encuentran las majestuosas ruinas de la Ciudad romana de Clunia; el teatro, el foro y las termas recuerdan su solemnidad. La urbe llegó a tener cerca de 30.000 habitantes y su teatro, construido a principios del siglo I d.C., tuvo una capacidad para casi 9.000 espectadores, siendo el de mayor aforo de toda la Hispania romana. Proseguimos la ruta hasta Caleruega, ciudad natal de Santo Domingo de Guzmán, no se puede dejar de ver el Torreón de los Guzmanes, el Monasterio de Santo Domingo y la Iglesia parroquial. A pocos kilómetros, junto a Baños de Valdearados, se localiza la Villa romana de Santa Cruz, donde se encuentra el mosaico dedicado a Baco, uno de los más grandes y mejor conservados de Europa. El itinerario concluye en Gumiel de Izán, villa de viñedos, donde el pasado medieval se aprecia en las casas nobles, los arcos de la antigua muralla, la iglesia parroquial con fachada barroca y retablo tardogótico y en una interesante red de bodegas subterráneas.