Un buen vino para tomar con chorizo será aquel que logre equilibrar la untuosidad propia de este embutido, que es generada por su contenido de grasa. Estos suelen ser tintos con una fuerte presencia de taninos, lo que permite compensar el sabor tan potente del chorizo. Para las tapas y los aperitivos un buen vino para tomar con chorizo será aquel más bien fuerte, donde su cuerpo importante combine con el sabor de gran intensidad del chorizo. Grandes opciones para este caso son los vinos de Navarra, Rioja, La Mancha o de Somontano. Ya que la fuerte presencia de taninos permitirá que se integre a la perfección con el sabor potente del chorizo. Por ejemplo un Rioja Reserva puede ser una excelente elección. Los vinos de uva Syrah reposados en barrica maridan muy bien junto a los chorizos. Los vinos de Jumilla o de Alicante pueden funcionar con este tipo de embutido. La propiedad afrutada con sabor a frutos rojos, junto a la acidez permiten catar la delicia del plato y el vino. Los amontillados también maridan muy bien con los embutidos en general, sobre todo con el chorizo. Así, el conocido Chorizo de Pamplona encuentra un estupendo compañero en un vino tinto sin crianza. En los platos donde este embutido se incorpora a cocciones o diferentes potajes, el resultado también se considera con un sabor potente. Sin embargo, es posible encontrar una excepción con la fabada, que va con total perfección con un rosado afrutado.