El objetivo de hacer de esta primera fábrica una potente azucarera no llegó a cumplirse nunca, ya que las instalaciones de Santa Isabel no superaron nunca las 50 Tm. de potencia diaria.
Tras los años inmediatos a su creación, en los que se elevó la producción inicial, siguieron años de decadencia y, después de realizar una serie de campañas de escasa producción, fue aportada en 1903 al primer Trusts azucarero creado en nuestro país: la Sociedad General Azucarera de España, que la mantuvo en funcionamiento hasta la campaña de 1910-11.
La vida de la azucarera Santa Isabel había terminado, pero la experiencia del innovador que la promovió, unida a la que paralelamente se llevó a cabo en la vega de Granada, sirvió para que el cultivo de la remolacha azucarera y la industria que de ella se deriva quedaran consolidados en España y constituyera el origen del que durante mucho tiempo ha sido un potente motor de la economía nacional.
El conde a construir la fábrica azucarera, contando ya este último año con la patente de fabricación, cuyo uso consiente en hacer extensivo a los propietarios granadinos del llamado Ingenio de San Juan, los cuales saldrán exitosos de la experiencia.
Entre 1.879 y 1.880 empezó el conde a construir la fábrica azucarera.
La industria ha sufrido los problemas que genera un inicio tardío en su actividad respecto a los países del entorno.
El proyecto técnico lo dirige el ingeniero agrónomo D. José María Martí y Sanchíz, recomendado por la Estación Agronómica de Valencia.
El objetivo consistía en investigar las posibilidades de fabricación de azúcar de remolacha en tierras tan meridionales, cultivo hasta entonces tan desconocido.