Ponemos nuestros callos, el morro y la pata cortados en cuadrados en agua fría al fuego.
Cuando hierva todo, enfriamos los callos.
Metemos callos, morro y pata de nuevo en agua.
Esta vez junto con una cebolla, puerro, zanahoria, laurel, ajos y una pizca de sal y cocemos a fuego lento durante dos horas.
Después, sacamos las verduras, las trituramos y las volvemos a añadir a nuestro guiso.
En una sartén, ponemos aceite de oliva, la cebolla y rehogamos.
Cuando esté rehogada añadimos la panceta curada, la morcilla, el chorizo, la cayena y seguidamente el pimentón.
Dejamos sofreír.
Añadimos el vino blanco, reducimos a seco e introducimos la salsa de tomate.
Dejamos dos minutos de cocción.
Añadimos el sofrito a nuestros callos.
Dejaremos cocer la mezcla a fuego muy lento durante cuarenta minutos y ¡ya tendríamos nuestros callos!